lunes, 14 de marzo de 2016

Lo que no te contó Popeye sobre las espinacas

¿Las espinacas son ricas en hierro o no? ¿Cómo las cocino? ¿Qué es lo que no me dijo Popeye?


Comed más espinacas!

Son originarias de Mesopotamia, actual territorio de Irán, Irak y Paquistán. En la Península Ibérica, para variar, las introdujeron los árabes.

Como las acelgas, también las espinacas son ricas en oxalatos. Estos dificultan la absorción del calcio del resto de alimentos que contenga la receta. Y aunque son ricas en hierro, por culpa de los oxalatos, a nuestro organismo se le hace difícil asimilarlo, teniendo que hacer nuestros riñones e hígado un sobreesfuerzo. Esto Popeye no nos lo dijo…

Sin embargo, tienen múltiples propiedades: regeneran la sangre, estimulan la vista, combaten las enfermedades propias del envejecimiento, como la demencia senil o el Alzheimer. Son excelentes para combatir la anemia, la diabetes y evita algunos problemillas durante el embarazo, como el estreñimiento y las hemorroides. Aunque deberían moderar su consumo las personas con un alto índice de colesterol o hipertensión.

Las espinacas son muy ricas en vitaminas: A, del grupo B (B1, B2, B3, B6, B9, B12),  E, K y C. Y también lo son en minerales como el fósforo, calcio, sodio, flúor, magnesio, hierro, zinc, yodo y potasio. Contienen unas 55cal/100g.  

Para hervirlas, conviene que el agua ya esté en ebullición cuando las echemos, así perderá menos nutrientes. Y, como recordamos en el post 6 cosas que estabas haciendo mal al cocinar verdura, hay que cortarlas con la mano y cocinarlas lo más pronto posible.

En los años 30, durante la crisis económica en EEUU, se inició una campaña para comer más espinacas, puesto que era (y es) una verdura muy nutritiva y económica. Por eso se creó el personaje de Popeye. Por un error de mecanografía, escribieron que las espinacas contenían 34mg de hierro por cada 100g, cuando sólo tiene 3,4mg. Por eso, la gente cree que son súper ricas en hierro, y aunque sí que nos aportan un poco de hierro, a nuestro organismo le cuesta bastante asimilarlo.



Bibliografía utilizada: Miguel J. Jordá (2007): Diccionario práctico de gastronomía y salud. Ed: Ediciones Díaz de Santos. España.  


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