Como me propuse contaros tanto los triunfos como los
desastres, tengo que confesaros que esta semana no ha acabado tan ideal como
parecía.
Me he quedado a las puertas de un restaurante italiano. Iba a
empezar el lunes pero parece que los chefs no hablan con los propietarios tanto
como deberían.
yo saboreando Italia |
La verdad es que, des del primer momento, el chef ya me pareció un poco zumbado, pero tenía esa locura en la mirada y en su forma de hablar que me llamaba la curiosidad (un poco a lo Dalí para que me entendáis). Pensé que ese hombre sacaría lo mejor y lo peor de mí y eso es genial para conocer tus límites.
Finalmente, ayer mientras estaba en clase recibí un mensaje
del propietario anunciándome que no contratarían a nadie. Me llevé un chasco, aunque
tampoco demasiado grande porque estaba en medio de una clase demostrativa de
carpaccios que no le quitan la alegría a una ni pá atrás, hombre ya!
Yo después de zamparme los carpaccios |
Así que nada, a seguir luchando por entrar en una cocina!
Un abrazo gastronautas!
PD: A ver si encuentro carne de canguro por Barcelona y os
enseño como hacer carpaccio de canguro a la pimienta, porque sí señoras y
señores, ayer para ahogar mis penas me puse fina de 8 platicos de diferentes
carpaccios que hizo el maestro Juan Ruíz, un poco más y me llevo a este maestro a mi casa jeje. A vuestra salud! ;)
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