lunes, 22 de febrero de 2016

¿Cómo cocer alcachofas?

Hoy hablamos de la alcachofa! ¿De dónde viene? ¿Cómo se cuece? ¿Por qué son tan amargas? ¿Para quién son adecuadas y para quién no? 


Alcachofa

¿Qué es una alcachofa? Una flor

Su origen (esta vez sí) es la zona mediterránea, concretamente del Norte de África.

Las alcachofas hay que cocerlas en un blanco, es decir, agua con sal, un poco de harina y zumo de limón. De esta manera, no se ennegrecerán ya que estamos evitando que los taninos se oxiden. Los taninos también son los responsables de ese regustillo amargo que tienen las alcachofas y que enturbia mi amistad con ellas. También se pueden cocinar directamente fritas, guisadas, en arroces, etc. Pero habrá que ir rápido, no las podemos dejar media hora cortadas antes de echarlas al fuego. De todas formas, si no se cocinan en blanco siempre se ennegrecerán un poquito.

Para poder cocinarlas es necesario quitarle las hojas externas más duras, pelar el tallo (hasta la parte blanca) y quitarle los pelillos del medio del corazón.

Las mujeres que dan el pecho a sus hij@s deberían evitar consumir alcachofas ya que perjudica la producción de leche y lo peor de todo, que el sabor de la alcachofa se pasa a la leche (Puede que tu baby empiece a liártela antes de tiempo si le haces eso).

Si tienes muchas ganas de perder peso, o el colesterol por las nubes o la menopausia te está jodiendo fastidiando tu día a día y tienes mucha fuerza de voluntad, puedes hacerte un caldito con las hojas externas que deshechas de la alcachofa. Ah! Y si no te mola la idea, pero tienes caspa puedes utilizar la infusión de alcachofa para lavarte la cabeza.

La alcachofa es ideal para las personas diabéticas, las que tienen colesterol y/o celulitis. Las alcachofas contienen una sustancia llamada inulina, muy parecida a la insulina natural, también ayuda a evitar que el colesterol se adhiera a nuestro sistema arterial y tiene un gran poder diurético, por lo que nos ayuda a deshacernos de nuestra querida grasa corporal.  



Alcachofa bienvenida a mi casa, aunque con esos taninos no entras! 

Ellas ya han probado los beneficios de la alcachofa, ¿a qué esperas tú?


Bibliografía utilizada: Miguel J. Jordá (2007): Diccionario práctico de gastronomía y salud. Ed: Ediciones Díaz de Santos. España. 


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