Hoy hablamos de la alcachofa! ¿De dónde viene? ¿Cómo se cuece? ¿Por qué son tan amargas? ¿Para quién son adecuadas y para quién no?
Su origen (esta vez sí) es la
zona mediterránea, concretamente del Norte de África.
Las alcachofas hay que cocerlas en un blanco, es decir, agua con sal,
un poco de harina y zumo de limón. De esta manera, no se
ennegrecerán ya que estamos evitando que los taninos se oxiden. Los taninos también son los responsables de ese regustillo amargo que tienen las
alcachofas y que enturbia mi amistad con ellas. También se pueden cocinar
directamente fritas, guisadas, en arroces, etc. Pero habrá que ir rápido, no
las podemos dejar media hora cortadas antes de echarlas al fuego. De todas
formas, si no se cocinan en blanco
siempre se ennegrecerán un poquito.
Para poder cocinarlas es
necesario quitarle las hojas externas más duras, pelar el tallo (hasta la parte
blanca) y quitarle los pelillos del medio del corazón.
Las mujeres que dan el pecho a
sus hij@s deberían evitar consumir alcachofas ya que perjudica la producción de
leche y lo peor de todo, que el sabor de la alcachofa se pasa a la leche (Puede
que tu baby empiece a liártela antes de tiempo si le haces eso).
Si tienes muchas ganas de perder peso, o el colesterol por las nubes o la
menopausia te está jodiendo fastidiando tu día a día y tienes mucha
fuerza de voluntad, puedes hacerte un caldito con las hojas externas que
deshechas de la alcachofa. Ah! Y si no te mola la idea, pero tienes caspa puedes utilizar la infusión de
alcachofa para lavarte la cabeza.
La alcachofa es ideal para las
personas diabéticas, las que tienen colesterol y/o celulitis. Las alcachofas contienen una sustancia llamada inulina, muy parecida a la insulina
natural, también ayuda a evitar que el colesterol
se adhiera a nuestro sistema arterial y tiene un gran poder diurético, por lo que nos ayuda a deshacernos de nuestra
querida grasa corporal.
Alcachofa bienvenida a mi casa, aunque con esos taninos no entras!
Ellas ya han probado los beneficios de la alcachofa, ¿a qué esperas tú? |
Bibliografía utilizada: Miguel J. Jordá (2007): Diccionario práctico de gastronomía y salud. Ed: Ediciones Díaz de Santos. España.
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